En condiciones normales, los pacientes ingresados suelen presentar desnutrición grave o severa, que conllevan trastornos inmunitarios dificultando los procesos de rehabilitación y regeneración, fundamental para los pacientes infectados con COVID-19, de hecho los indicadores de mortalidad y morbilidad son más altos en situaciones de poco control del estado nutricional. Dado el colapso de los centros hospitalarios, actualmente el control del estado nutricional de los pacientes debe ser mínimo. Por lo tanto, es esencial incluir la figura del diestista-nutricionista dentro del personal sanitario, ya que está en capacidad de entender la situación médica y a su vez liderar los planes alimentarios en el hospital, de manera que cubre las necesidades nutricionales, da un confort culinario a los pacientes e introduce un efecto terapéutico complementario.