El sector funerario, pese a ser una de las industrias con mayor impacto en la vida de sus usuarios, ha perdido de vista todo tipo de esfuerzo innovador; ofreciendo a los clientes las mismas alternativas arcaicas y tradicionales desde hace cientos de años.
Vida después de la vida son urnas que, por los materiales bajo los cuales están fabricadas, funcionan como un arrecife artificial que fomenta la sedimentación de corales en Cartagena; disminuyendo de esta manera, la carga económica que conlleva la muerte y el impacto ambiental, social y cultural que desencadena la inhumación.
Los arrecifes son un recurso valioso con beneficios inestimables, estos proveen oxígeno y son hogar de millones de especies. Amenazas locales, como la sobrepesca, el desarrollo costero y la contaminación de cuencas hidrográficas y de origen marino, son responsables de la amenaza inmediata y directa de la degradación de estos arrecifes. Es todo un ritual dónde desde de lo negativo hacemos un honor a la vida.