Viviendo en la región de Aysén (Constanza Castro y Cristina Trigo) buscamos una forma de reutilizar las cenizas de la combustión y surgió la idea de los limpiadores orgánicos. Con este proyecto, lograríamos superar la pobreza desde una mirada multidimensional, es decir, disminuyendo los gastos familiares en estos productos, generar emprendimientos femeninos y desarrollar habilidades en mujeres dueñas de casa, que hoy se encuentran segmentadas a labores domésticas. Esta idea a corto plazo se llevaría a cabo de manera local con incidencia en el mercado regional, ya que nuestros principales clientes serían del rubro turístico, que prefieran productos orgánicos y se encuentran comprometidos con el medio ambiente. Nada descarta que en un futuro esta iniciativa se pueda replicar a nivel nivel nacional, reciclando otras materias orgánicas que se desechen periódicamente en los hogares y que permitan crear productos que ayude a superar la pobreza de nuestra población.