Salud y alimentos para jornaleros agrícolas
La región noroeste de México, en particular los estados de Sinaloa, Sonora y Baja California, ha sido aplaudida como una de las más productivas del país, en materia agrícola. Los jornaleros agrícolas itinerantes dan viabilidad económica a esta operación, a la par que sobreviven en condiciones deplorables. Se debe proponer a empresas y gobierno mexicano, se invierta en infraestructura y otorgamiento de servicios sociales, particularmente educativos y de salud, estas acciones representarían una garantía que incrementaría la rentabilidad de los jornaleros agrícolas. Se idean tres iniciativas regionales, de seguro alcance nacional y binacional (con EEUU):1. Credencialización, con el fin de regularizar el trabajo agrícola e incorporación al Seguro Social; 2. Caravanas de alimentos saludables, con apoyo de empresas comercializadoras transnacionales;3. Desayunos escolares gratuitos, evitando la malnutrición y promoviendo la asistencia a educación básica, con apoyo de la SEP y Secretaria Salud
- Nombre y Apellido
- Axel Cerón González
- País de Residencia
- México
- Equipo
- Estado de la Iniciativa
- Idea
- Objetivo de Desarrollo Sostenible
- Salud y bienestar
- Problema que resuelve
- La agroindustria es una actividad económica millonaria, que tiene cabida en el noroeste mexicano, siendo por ello un polo de atracción para trabajadores de todo el país, sobre todo quienes vienen de los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas. Son tres los sitios de mayor interés para el proyecto: 1. Villa Licenciado Benito Juárez (Navolato, Sinaloa); 2. Costas de Hermosillo (Hermosillo, Sonora; y 3. Valle de San Quintín (Ensenada, Baja California). Sin embargo, las condiciones de vida pueden ser precarias en estos lugares de asentamiento (Aranda y Castro-Vásquez, 2016). De esta manera, se ven violentados los derechos humanos, así como las garantías individuales básicas de los trabajadores del campo. Los cultivos en dicha región y en el suroeste de los Estados Unidos, demanda ocupación intensiva y estacional. Por ello, cada vez se integran más familias enteras al trabajo de campo. Este proceso ha provocado condiciones de vulnerabilidad para las mujeres y niños jornaleros agrícolas, respecto al acceso a los servicios de salud y educación. Con énfasis en los niños y jóvenes jornaleros, quienes deben abandonar sus estudios básicos, para adentrarse al trabajo de campo, se sigue una tendencia de autoexplotación, lo que resulta en el debilitamiento físico a temprana edad, sin tener posibilidad de acceso a tratamientos médicos. Se debe comprender a la atención médica de todos los integrantes de las familias jornaleras como activo dispensable para el buen funcionamiento del campo. En contraste, este grupo de trabajadores ocupa una de las posiciones más endebles dentro de la competencia por la obtención de beneficios, posicionándolos en una situación de fragilidad. Por su situación itinerante a través de los campos agrícolas mexicanos y estadounidenses, los jornaleros han evidenciado impedimentos para su incorporación a la Seguridad Social, a la par que reciben remuneraciones que rondan los 2 y 3 salarios mínimos (lo que los coloca debajo del umbral de la pobreza, al no alcanzar los 6 salarios mínimos, necesarios para cubrir las necesidades básicas), situación de baja escolaridad (debido, nuevamente a su situación nómada, lo que les impide la culminación de sus estudios, conjugado con su ingreso, desde temprana edad, al trabajo agrícola), además de violaciones a sus derechos laborales y sindicales. La migración es vital para la agroindustria mexicana, aunque es también la causante de la pobreza de los trabajadores y de sus pueblos de origen, principalmente indígenas. A lo largo de la historia del ser humano, las movilizaciones disminuyeron con el inicio de la agricultura y, con ello, aumentó el proceso de sedentarización. En la actualidad, a raíz de las exigencias y demandas que implica el fenómeno de la globalización, que bien puede ser entendido como una tendencia hacia la desterritorialización de la vida social y económica, se ha iniciado un nuevo movimiento migratorio del sur al noroeste de México, que tiene como eje vertebral la agricultura capitalista. De esta forma, se genera una nueva geografía poblacional, demográfica, cultural, social y económica. Así, los jornaleros agrícolas itinerantes adoptan un estilo de vida nómada, que conlleva estragos, entre otras cosas, en su proceso de aculturización, al no pertenecer, por más de una temporada agrícola, a un sitio específico. Durante años, distintos centros de docencia e investigación, como la Universidad Autónoma de Sinaloa y el Colegio de Sonora, han enfocado estudios a la región agrícola del noroeste de México, así como de sus actores principales; es decir, el tema ha sido bastante estudiado, pero poco atendido. Sería un logro importante (e histórico) que, con la ideación de este proyecto, se unan esfuerzos de distintas empresas, como Walmart y Agrogen, para fortalecer a los jornaleros del campo y a la actividad agrícola mexicana. Es así que, como sociedad civil debemos enfocarnos en distintas aristas, que puedan encaminar al estilo de vida de los jornaleros agrícolas a uno que ejemplifique la dignidad y la sustentabilidad. Ya que son ellos quienes, con sus manos, generan uno de los grandes ingresos económicos del país, cosechando la mayor parte de las frutas y hortalizas que se exportan a los Estados Unidos, y resulta indignante que sean ellos quienes carezcan de una seguridad alimentaria, laboral y educativa.
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