El coco es una fruta muy nutritiva, pero actualmente se aprovecha únicamente la pulpa y el agua. La idea es aprovechar el desperdicio del coco (fibra de coco) como material térmico para la construcción siendo un material muy barato en México y de baja conductividad térmica. La fibra de coco se incorporaría como una capa a los techos y/o paredes de las casas o construcciones en forma de rollos o tabiques. Con esto se pretende tener hogares más frescos (principalmente en verano) y que permitan reducir o evitar el uso de aire acondicionado, brindando un ahorro de energía importante para las familias mexicanas.
Por ser un material de origen vegetal, es biodegradable, renovable y amigable con el medio ambiente. El uso de la fibra de coco va desde establos, almacenes y casas de interés social (INFONAVIT) hasta edificios y zonas residenciales.