Me encanta viajar. Es una de las formas más puras de crecimiento personal, sobretodo si se viaja con sentido de cultura y humanidad. Uno de los aspectos más presentes en cualquier viaje es el Souvenir. Queremos quedarnos con algún recuerdo físico de esa increíble experiencia que acabamos de vivir, o compartirla con otros que no fueron tan afortunados de acompañarnos. El problema de hoy es que los souvenirs no tienen nada que ver con la mentalidad del viajero evolucionado que se mueve actualmente. Son fríos, inservibles, hechos en serie, sin beneficio para artesanos locales, con poco o nulo sentido del arte y que siempre terminan en un cajón perdido. Mi idea es cambiar el paradigma y crear una marca de souvenirs para el viajero consciente. Hablo de artistas y artesanos locales, materiales amables, colecciones autentificadas, tropicalización, practicidad, congruencia, sostenibilidad y tres cosas muy importantes: diseño, diseño y diseño. En pocas palabras, vender arte suitcase-friendly.