Educación integral, en todas sus dimensiones: intelectual, emocional y espiritual. Cada individuo es un sistema, y el aprendizaje-enseñanza también ocurre en un sistema. Propongo un “pulpo-sistemático” que se retroalimente; con fundamentos de la neurociencia. Cada tentáculo debe desarrollar las herramientas necesarias en cada parte del sistema. Más: calidad, enfoque, motivación, herramientas, reflexión, acción, valor. Menos: estrés, etiquetas, información sin valor, frustraciones. Un tentáculo sería re-valorizar a los docentes con talleres, ofreciendo herramientas que permitan que cada ser conozca sus virtudes, habilidades, cualidades, fortalezas. En un sistema en armonía se podrá desarrollar el intelecto de forma beneficiosa para el individuo en particular y para el sistema en general. El presente es fluctuante, sobrecargado de información de poco valor; desarrollemos una educación que fluya con los cambios, que aporte más valor.