Es habitual, pero lamentable que en zonas de bosques de nuestro país y en otras partes del mundo, se produzcan incendios casuales o intencionales. En nuestro Sur, zonas rodeadas de lagos, con agua más que abundante, resulta curioso que la propagación del fuego se extienda en el tiempo. Esto lleva a que los vientos propaguen las llamas a áreas relativamente vecinas a las del inicio del fuego, lo que hace que las tareas de extinción se prolonguen, que el esfuerzo humano sea considerable, y que las pérdidas económicas, de vida silvestre y de biodiversidad resulten gravísimas. Mi propuesta es recurrir a la tecnología para utilizar el agua próxima o relativamente próxima a los focos de fuego, mediante sistemas de bombeo que almacenen agua en tanques a altísima presión, para "disparar" chorros que alcancen distancias de 2 o 3 Km, lo que minimizaría el tiempo que tarda un helicóptero en viajar, llenar sus tanques y volver, sólo para arrojar 10.000 l en un minuto. Tengo un modelo a escala.