Nuestra motivación es entregar herramientas para experimentar el lazo indisoluble entre la autoimagen que tenemos como seres humanos, lo que surge de allí que se expresa en valores, o aspectos que consideramos importantes subrayar y promover, y la cultura que se genera al colocar en acciones estos valores. Todo nace desde cómo nos vemos y cómo actuamos a partir de eso. La cultura educativa actual es la expresión de valores que como sociedad nos cuestionamos: velocidad, competitividad, falta de colaboración y empatía. El gusto por el aprendizaje, la satisfacción de vivir y expresarnos como seres humanos se ha cambiado por el silenciamiento del contacto y del aprecio al simple hecho de estar vivos. Nuestra labor es redescubrir el potencial humano para dejarlo al centro del acto educativo.
Una de las maneras de salir de este círculo vicioso es fortalecer la relación docente – alumno mediante el uso de estrategias de aprendizaje socio-emocional con entrenamientos de la atención.