En la actualidad vemos poco interés por mantener costumbres familiares, tradicionales u oficios que ejercieron nuestros abuelos, cuando la tecnología aún no invadía nuestros espacios.Tal situación nos sugiere coordinar cursos, en los que nuestros adultos mayores, que por problemas físicos, ya no puedan seguir ejerciendo su fuente laboral, pero sí puedan enseñarla a nuevas generaciones, permitiendo el desarrollo de oficios como la cocina tradicional, artesanía, carpintería, jardinería, costura o todos aquellos que perpetúen la idiosincrasia chilena. Los beneficiarios directos serán aquellos jóvenes, jefas de hogar e inmigrantes, que no posean una educación formal y demuestren interés por la creación de nuevos emprendimientos, estimulando la inclusión e ingresos monetarios a hogares con mayor vulnerabilidad.El proyecto se autosustentará, aportando dinero por grupo de alumnos, que permita pagar gastos de implementación, horas de enseñanza a los adultos mayores y arriendo de locales