Con el sistema de salud de hoy, salen perjudicadas las personas de escasos recursos y clase media, es decir, la gran mayoría del país. Los hospitales pierden buenos doctores todo el tiempo, porque pagan poco y las clínicas privadas reclutan a los mejores ofreciéndoles 5 veces más desde el primer día. Además faltan doctores, muchas camas, consultas y espacios para atender a la gran mayoría del país en los lugares de atención publica que están disponibles. Si los doctores que aceptan trabajar en las clínicas porque con eso aseguran su futuro, tuvieran el permiso de éstas para trabajar una hora al día, o un día a la semana, en las dependencias de las clínicas (o en los hospitales públicos), para atender personas en lista de espera de FONASA, se armaría una red solidaria de doctores voluntarios con vocación de servicio. Con esto, se podría invertir más en infraestructura, para que estos voluntarios pudieran atender en el sector público. Y los abuelitos no perderían sus ahorros en salud.