Hoy los nativos digitales conciben un mundo en el cual el internet no es opcional, es tan necesario como la palabra. Como el alfabeto, la programación es un medio para poder expresarnos y comunicarnos, pero también para construir, narrar, interpretar el mundo. Scratch y Pilas Engine son plataformas para aprender a programar, tienen interfaces amigables, y con ellas se pueden desarrollar videojuegos. Ahora, los videojuegos cuentan historias. ¿Qué tal si las historias que son contadas en los videojuegos, nacen del diálogo de los estudiantes con historias, mitos, narraciones que promuevan las relaciones de interculturales? Por ejemplo, el origen de la humanidad, la relación con la naturaleza, y conozcan así otras cosmovisiones del mundo propias de las culturas ancestrales. Lo anterior es el fundamento para crear conjuntamente con la universidad, estudiantes y docentes videojuegos inspirados en la cultura Cañari. Los aprendizajes servirán para explorar modelos educativos para el país.