Los organigramas no representan de mejor manera la forma en que se realiza el trabajo en las organizaciones hoy en día.Los desafíos que hoy enfrentamos en nuestras empresas, poco tiene que ver con la forma en que nos organizamos La jerarquía y nuestra forma de trabajar, responde a la necesidad de mando y control del siglo XX.Creo que es hora de dar un giro de 180 grados a esta forma de gestionar las empresas, pasar de la jerarquía a la redarquía, como un nuevo orden de vivir la empresa que tiene base en la cooperación, las conversaciones y la confianza que estás generan.Creo que uno de los primeros pasos en esta línea, pasa por de a poco eliminar los organigramas y que mejor que "matando" los cargos.La propuesta es que cada persona utilice un nombre ficticio como rol. Un nombre que se alineen al propósito de la empresa, Un nombre que se identifique con su "alter ego" y les permita "fluir" en su "elemento" y que les permita desbordar lo que más le apasiona ser y hacer.